viernes, 3 de julio de 2009

Fiebre

Desnuda, frente al espejo. Las lágrimas quiebran la dureza de su rostro, dureza fingida, y ella lo sabe.
Todo su cuerpo llora y el espejo es testigo silencioso de ese dolor.
Intenta enterrar recuerdos, pero cuesta.
Otra vez la soledad, piensa. Y le duele hasta las entrañas.
Otra vez empezar, como si nada hubiese pasado?
Basta!!...una cabaña allá en las montañas. Alejada de la incertidumbre, de tanta mierda asquerosa. Una vida sencilla, tranquila, sin tantas comodidades pero en paz.
Aunque le hubiese gustado compartirla con él. Pero él ya no está.
Por eso ahora entierra su cuerpo con lagrimas, lo esta matando muy de apoco, es su duelo.
Francisca renacerá como tantas veces lo hizo…una y otra vez morirá y renacerá.

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