No habra otro grito vacío e inútil. No habra amaneceres complacientes ni susurros que se escapen. Solo una mano tendida al vacío, esperando simplemente. Y el silencio de mil voces que nunca diran jamas, jamas, una sola verdad. Vivir en una realidad inventada.
viernes, 11 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)